POR : EDGAR CORTÉS UPARELA
Conversando con el Maestro Alejo Durán sobre la actual música de acordeón , me decía con esa filosofía simple y profunda que lo caracterizaba : “Está bien que eso lo hagan los jóvenes , lo malo sería que yo lo hiciera” .
Pienso que el producto comercial en que se convirtió la música de acordeón , denominada ahora indiscriminadamente “vallenata” , la ha llevado a la categoría en que han caído los demás géneros populares : “desechables” . Canciones de corto vuelo .
Conversando con el Maestro Alejo Durán sobre la actual música de acordeón , me decía con esa filosofía simple y profunda que lo caracterizaba : “Está bien que eso lo hagan los jóvenes , lo malo sería que yo lo hiciera” .
Pienso que el producto comercial en que se convirtió la música de acordeón , denominada ahora indiscriminadamente “vallenata” , la ha llevado a la categoría en que han caído los demás géneros populares : “desechables” . Canciones de corto vuelo .
Para mi es claro que nuestras auténticas expresiones musicales pueden conservarse con una labor pedagógica que empiece por la casa , prosiga en las escuelas y colegios y con el apoyo a festivales tendientes a reafirmar nuestra identidad cultural . Lo anterior se puede comprobar con el caso de la música del interior del país , que sigue viva , a pesar de su ausencia del mercado del disco . Sus gentes cultivan en sus hijos el gusto por su música y tradiciones . Hay labor al respecto en las escuelas y colegios y no faltan conservatorios , como es el caso de la Universidad del Tolima .
Promueven y apoyan festivales importantes como los del Mono Núñez en el Valle , el de la Canción en Villavicencio y el de Garzón y Collazos en Ibagué , solo por citar algunos .
En una ocasión , con motivo del éxito de Carlos Vives con sus Clásicos de la Provincia , mostré a mi hijo el origen de las canciones de su trabajo . Se sorprendió escuchando “La Gota Fría” por Colacho Mendoza , “La Tijera” por Luis Enrique Martínez , “Altos del Rosario” por Alejo Durán , y así . Algún tiempo después , me complació ver su interés por conocer más sobre los viejos maestros de la música de acordeón . El mismo Vives , nuestro flamante Premio Grammy , atribuye su éxito a que sólo tuvo que escudriñar sus raíces , sin acudir a préstamos culturales .
Por cierto , como hecho curioso , otro de los sueños que se le cumplió a Vives fue poder celebrar su matrimonio con las notas del maestro Luis Enrique Martínez .
Bueno , pero todo lo anterior para ambientar la nota sobre uno de los personajes mas importantes de la música sabanera y , en general , de la música de acordeón de nuestro país : el Maestro Enrique Díaz Tovar .
A propósito , ¿ a quién imita Enrique Díaz ? . Enrique pertenece a la estirpe de Alejo , de Luis Enrique , de Calixto , de Landero y de Alfredo , que son maestros porque crearon su propio estilo .
Hacer este escrito sobre Enrique Diaz me dio la oportunidad de conocerlo personalmente .
Hace mucho tiempo guardo una gran admiración por la obra musical de Enrique , admiración que nació muy lejos de estas tierras .
En los albores de los años 70 yo vivía en Bogotá , donde , por esas épocas , los costeños éramos unos bichos raros . Para escuchar música de acordeón , que era uno de nuestros alimentos espirituales , teníamos que esperar el programa “Concierto Vallenato” de Radio Juventud que se emitía los domingos de una a tres de la tarde bajo la dirección de Carlos Melo Salazar . Enrique Díaz mandaba la parada con “Rancho Triste” , “La Caja Negra” y “La Monterrubiana” , entre otros temas. La música de Enrique nos hacía brotar todas las nostalgias de nuestra tierra .
Recuerdo la incomodidad de los cachacos en las fiestas cuando lográbamos poner un disco de Enrique y se me daba por imitar los gritos de Cástulo Padilla , su guacharaquero .
Enrique Diaz tiene la rara cualidad , sobre todo en estos tiempos , de ser original . Su estilo es único , excepcional .
En alguna ocasión leía que después de Buitrago y Gardel ha habido versiones mejores y con técnicas de grabación muchísimo más modernas de “La Víspera de Año Nuevo” y de “Caminito” , pero la gente sigue prefiriendo las grabadas por ellos hace más de medio siglo . La respuesta es simple : tenían personalidad artística , eran ellos mismos .
Cuando pase el tiempo , Enrique Díaz seguirá siendo Enrique Díaz .
Bueno , pero , ¿de dónde salió Enrique Díaz? .
Este predestinado para la música creció criado por su abuela en Palo Alto , corregimiento de Marialabaja ( Bolívar ) . Había nacido el 3 de abril de 1945 y su vida transcurría como la de cualquier muchacho de monte , aprendiendo algunas labores agrícolas y sin ningún interés por el estudio .
Su vida cambió radicalmente cuando decidió acompañar a su mamá , Martina Tovar , a establecerse en Nueva Estación , corregimiento de Buenavista ( Córdoba ) . Tenía entonces 14 años . Doña Martina organizó negocios en el pueblo que le permitían un buen modo de vida , lo cual , unido al apoyo que siempre brindó a Enrique , facilitó que éste buscara su propio camino en la vida . Enrique aprendió a tocar violina y no faltó gente que comentara a doña Martina sobre las virtudes musicales del muchacho , por lo cual decidió regalarle un acordeón sencillo de dos teclados cuando contaba unos dieciocho años .
Aprendió a manejar el acordeón tocando la música de Landero y de Luis Enrique , pero , como él dice , nació musicalmente con su propio estilo .
Contrariamente a lo que muchos creíamos , el ídolo musical de Enrique no fue Alejo , sino Landero , aunque profesa una gran admiración por Luis Enrique y por Pacho Rada hijo .
Es significativa la admiración de Enrique por Luis Enrique Martínez , padre del estilo de lo que después llamarían “vallenato” , o sea la música de acordeón del Cesar y la Guajira .
La fama de Enrique se extendió por la región : Nueva Estación , Buenavista , el Cauca ; pero ese mundo ya le apretaba , era muy pequeño para sus aspiraciones . Con 22 años y con una tremenda fe en si mismo , se fue para Medellín con la sola dirección de la señora Anita , donde se alojaban todos los músicos que por esas calendas iban a templar a la capital paisa en busca de acceso a los estudios de grabación .
Llegó domingo en la madrugada a Medellín y se encontró con Cástulo Padilla , guacharaquero con experiencia en eso de las grabaciones . Cástulo convenció a don Otoniel Cardona , dueño de Discos Victoria , para que lo escuchara .
Se hizo la audición el martes siguiente a su llegada , y el miércoles grabó su primer sencillo “Mujer Ingrata” , un paseo de su autoría .
Enrique atribuye a la suerte la manera tan fácil como llegó al disco , pero yo me atreví a comentarle que , probablemente parte se debía a la suerte del predestinado , pero mucho fue por su talento .
Siguieron varios sencillos hasta que su acogida hizo que Discos Victoria empezara a producirle Long Plays , como llamaban antes al conjunto de canciones grabadas en pastas .
El matrimonio musical de Enrique con Cástulo Padilla duró 20 años , y una de las características de las grabaciones de la época de oro de Enrique fueron los dos gritos agudos con que Cástulo animaba la canción . Cástulo dejó a Enrique para servir a Dios y vive en Caucasia , Antioquia , dedicado a labores de evangelización .
El conjunto inicial de Enrique estuvo integrado por el mencionado Cástulo Padilla en la guacharaca , Héctor Martínez en la caja y Daniel Peña en las tumbadoras .
Enrique ha sido reacio a participar en festivales y , cuando lo ha hecho , ha sido por iniciativa de sus amigos . Sin embargo , participó en el tercer festival vallenato celebrado en 1970 y ganado por Calixto Ochoa . Ha sido rey en los festivales sabaneros , bolivarense , San Pedro de Urabá y Caucasia .
Cuando participó en el festival vallenato se conoció con Camilo Namén , quien le dio el tema “Ando buscando una mujer” , uno de sus grandes éxitos .
Un caso curioso fue el de “La Monterrubiana” , una de las canciones más importantes de su vida musical . En una de sus correrías , como él dice , se tropezó con Joaquín Cervantes , mas conocido como el Johny Cervantes , corista de la época de oro de Alfredo Gutiérrez , quien , sin tener antecedentes como compositor , le dio el tema citado .
Un hecho destacado en la vida artística de Enrique fue su famosa piqueria con Rúgero Suárez . De acuerdo con Enrique , Rúgero cantaba “El Diccionario” en las parrandas , tema en el cual le echaba pullas . En una ocasión se encontraron en Medellín y Enrique lo llevó a Codiscos para que grabara el tema mencionado . Él grabó “Mi Fama” , donde contestaba las sátiras de “El Diccionario” .
La gente se interesó por el pique y siguieron grabando algunos discos echándose vainas .
La estrategia comercial les produjo muy buenos resultados .
Enrique Diaz Tovar , como hiciera Alejandro Durán Diaz , no ha claudicado en su originalidad , lo cual le da la ventaja de tener público propio . No ha necesitado adoptar modas pasajeras para mantenerse vigente y vivir cómodamente en Planeta Rica al lado de Elvira Peña , su esposa desde hace treinta años , quien le dio tres hijos que , sumados a los doce que tuvo en uniones anteriores , constituyen su familia , uno de sus mayores orgullos .
Artículo publicado en la Revista del Festival "Daniel Vergara Méndez" de Sahagún en Junio de 2002.
Promueven y apoyan festivales importantes como los del Mono Núñez en el Valle , el de la Canción en Villavicencio y el de Garzón y Collazos en Ibagué , solo por citar algunos .
En una ocasión , con motivo del éxito de Carlos Vives con sus Clásicos de la Provincia , mostré a mi hijo el origen de las canciones de su trabajo . Se sorprendió escuchando “La Gota Fría” por Colacho Mendoza , “La Tijera” por Luis Enrique Martínez , “Altos del Rosario” por Alejo Durán , y así . Algún tiempo después , me complació ver su interés por conocer más sobre los viejos maestros de la música de acordeón . El mismo Vives , nuestro flamante Premio Grammy , atribuye su éxito a que sólo tuvo que escudriñar sus raíces , sin acudir a préstamos culturales .
Por cierto , como hecho curioso , otro de los sueños que se le cumplió a Vives fue poder celebrar su matrimonio con las notas del maestro Luis Enrique Martínez .
Bueno , pero todo lo anterior para ambientar la nota sobre uno de los personajes mas importantes de la música sabanera y , en general , de la música de acordeón de nuestro país : el Maestro Enrique Díaz Tovar .
A propósito , ¿ a quién imita Enrique Díaz ? . Enrique pertenece a la estirpe de Alejo , de Luis Enrique , de Calixto , de Landero y de Alfredo , que son maestros porque crearon su propio estilo .
Hacer este escrito sobre Enrique Diaz me dio la oportunidad de conocerlo personalmente .
Hace mucho tiempo guardo una gran admiración por la obra musical de Enrique , admiración que nació muy lejos de estas tierras .
En los albores de los años 70 yo vivía en Bogotá , donde , por esas épocas , los costeños éramos unos bichos raros . Para escuchar música de acordeón , que era uno de nuestros alimentos espirituales , teníamos que esperar el programa “Concierto Vallenato” de Radio Juventud que se emitía los domingos de una a tres de la tarde bajo la dirección de Carlos Melo Salazar . Enrique Díaz mandaba la parada con “Rancho Triste” , “La Caja Negra” y “La Monterrubiana” , entre otros temas. La música de Enrique nos hacía brotar todas las nostalgias de nuestra tierra .
Recuerdo la incomodidad de los cachacos en las fiestas cuando lográbamos poner un disco de Enrique y se me daba por imitar los gritos de Cástulo Padilla , su guacharaquero .
Enrique Diaz tiene la rara cualidad , sobre todo en estos tiempos , de ser original . Su estilo es único , excepcional .
En alguna ocasión leía que después de Buitrago y Gardel ha habido versiones mejores y con técnicas de grabación muchísimo más modernas de “La Víspera de Año Nuevo” y de “Caminito” , pero la gente sigue prefiriendo las grabadas por ellos hace más de medio siglo . La respuesta es simple : tenían personalidad artística , eran ellos mismos .
Cuando pase el tiempo , Enrique Díaz seguirá siendo Enrique Díaz .
Bueno , pero , ¿de dónde salió Enrique Díaz? .
Este predestinado para la música creció criado por su abuela en Palo Alto , corregimiento de Marialabaja ( Bolívar ) . Había nacido el 3 de abril de 1945 y su vida transcurría como la de cualquier muchacho de monte , aprendiendo algunas labores agrícolas y sin ningún interés por el estudio .
Su vida cambió radicalmente cuando decidió acompañar a su mamá , Martina Tovar , a establecerse en Nueva Estación , corregimiento de Buenavista ( Córdoba ) . Tenía entonces 14 años . Doña Martina organizó negocios en el pueblo que le permitían un buen modo de vida , lo cual , unido al apoyo que siempre brindó a Enrique , facilitó que éste buscara su propio camino en la vida . Enrique aprendió a tocar violina y no faltó gente que comentara a doña Martina sobre las virtudes musicales del muchacho , por lo cual decidió regalarle un acordeón sencillo de dos teclados cuando contaba unos dieciocho años .
Aprendió a manejar el acordeón tocando la música de Landero y de Luis Enrique , pero , como él dice , nació musicalmente con su propio estilo .
Contrariamente a lo que muchos creíamos , el ídolo musical de Enrique no fue Alejo , sino Landero , aunque profesa una gran admiración por Luis Enrique y por Pacho Rada hijo .
Es significativa la admiración de Enrique por Luis Enrique Martínez , padre del estilo de lo que después llamarían “vallenato” , o sea la música de acordeón del Cesar y la Guajira .
La fama de Enrique se extendió por la región : Nueva Estación , Buenavista , el Cauca ; pero ese mundo ya le apretaba , era muy pequeño para sus aspiraciones . Con 22 años y con una tremenda fe en si mismo , se fue para Medellín con la sola dirección de la señora Anita , donde se alojaban todos los músicos que por esas calendas iban a templar a la capital paisa en busca de acceso a los estudios de grabación .
Llegó domingo en la madrugada a Medellín y se encontró con Cástulo Padilla , guacharaquero con experiencia en eso de las grabaciones . Cástulo convenció a don Otoniel Cardona , dueño de Discos Victoria , para que lo escuchara .
Se hizo la audición el martes siguiente a su llegada , y el miércoles grabó su primer sencillo “Mujer Ingrata” , un paseo de su autoría .
Enrique atribuye a la suerte la manera tan fácil como llegó al disco , pero yo me atreví a comentarle que , probablemente parte se debía a la suerte del predestinado , pero mucho fue por su talento .
Siguieron varios sencillos hasta que su acogida hizo que Discos Victoria empezara a producirle Long Plays , como llamaban antes al conjunto de canciones grabadas en pastas .
El matrimonio musical de Enrique con Cástulo Padilla duró 20 años , y una de las características de las grabaciones de la época de oro de Enrique fueron los dos gritos agudos con que Cástulo animaba la canción . Cástulo dejó a Enrique para servir a Dios y vive en Caucasia , Antioquia , dedicado a labores de evangelización .
El conjunto inicial de Enrique estuvo integrado por el mencionado Cástulo Padilla en la guacharaca , Héctor Martínez en la caja y Daniel Peña en las tumbadoras .
Enrique ha sido reacio a participar en festivales y , cuando lo ha hecho , ha sido por iniciativa de sus amigos . Sin embargo , participó en el tercer festival vallenato celebrado en 1970 y ganado por Calixto Ochoa . Ha sido rey en los festivales sabaneros , bolivarense , San Pedro de Urabá y Caucasia .
Cuando participó en el festival vallenato se conoció con Camilo Namén , quien le dio el tema “Ando buscando una mujer” , uno de sus grandes éxitos .
Un caso curioso fue el de “La Monterrubiana” , una de las canciones más importantes de su vida musical . En una de sus correrías , como él dice , se tropezó con Joaquín Cervantes , mas conocido como el Johny Cervantes , corista de la época de oro de Alfredo Gutiérrez , quien , sin tener antecedentes como compositor , le dio el tema citado .
Un hecho destacado en la vida artística de Enrique fue su famosa piqueria con Rúgero Suárez . De acuerdo con Enrique , Rúgero cantaba “El Diccionario” en las parrandas , tema en el cual le echaba pullas . En una ocasión se encontraron en Medellín y Enrique lo llevó a Codiscos para que grabara el tema mencionado . Él grabó “Mi Fama” , donde contestaba las sátiras de “El Diccionario” .
La gente se interesó por el pique y siguieron grabando algunos discos echándose vainas .
La estrategia comercial les produjo muy buenos resultados .
Enrique Diaz Tovar , como hiciera Alejandro Durán Diaz , no ha claudicado en su originalidad , lo cual le da la ventaja de tener público propio . No ha necesitado adoptar modas pasajeras para mantenerse vigente y vivir cómodamente en Planeta Rica al lado de Elvira Peña , su esposa desde hace treinta años , quien le dio tres hijos que , sumados a los doce que tuvo en uniones anteriores , constituyen su familia , uno de sus mayores orgullos .
Artículo publicado en la Revista del Festival "Daniel Vergara Méndez" de Sahagún en Junio de 2002.