lunes, febrero 19, 2007

A PROPÓSITO DE NUESTROS FESTIVALES DE MÚSICA EN LA SABANA

Por : Edgar Cortés Uparela


Las grandes cadenas de comunicación nacionales y nuestros actores han reaccionado enérgicamente por la intención de los negociadores del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos de ceder parte de su cuota de pantalla, como ellos la llaman, en favor de las producciones gringas.

Ellos aducen que ceder en este punto significaría un desmedro de nuestra identidad cultural y ocasionaría desempleo entre nuestros artistas.

¿Quiere decir esto que los grandes cacaos de los medios de comunicación en Colombia son enemigos de los gringos? A nadie se le ocurriría semejante adefesio.

Guardadas las proporciones, eso es exactamente lo que nos está ocurriendo en la sabana. El vallenato es una música muy bonita. Personalmente soy un gran admirador del vallenato auténtico y coleccioné durante muchos años las producciones de este género musical hasta cuando la comercialización acabó con el encanto. Conservo con cariño este archivo.

La música vallenata se ha ganado un importante espacio en nuestro país porque los dirigentes vallenatos están comprometidos con la promoción de su identidad cultural, y no sólo por amor a su cultura, sino por negocio.Eso es lo que se debe hacer y merecen lo que han conseguido porque se lo han ganado.

Pero resulta que nosotros no somos vallenatos, y no creo que seamos enemigos del vallenato o de los vallenatos porque planteamos que nuestra región no debe hacer eventos culturales en honor a la cultura vallenata. No, lo que nosotros queremos es la cuota de pantalla que nos pertenece por derecho propio.

Nuestros festivales de música deben ser con nuestra música. Ellos hacen su festival vallenato con vallenatos. A Alfredo Gutiérrez, a Lizandro Meza y a Andrés Landero, entre otros, nunca los dejaron tocar su música cuando concursaron en el festival vallenato, se tuvieron que ceñir a sus reglas, y eso está bien.

El Estado destinó para este semestre $2.300.000.000.oo para la obra del Parque de la Leyenda Vallenata. Sí, usted leyó bien, DOS MIL TRESCIENTOS MILLONES DE PESOS. En esa suma no están incluidos premios para ningún festival de la sabana ni para el moribundo Festival del Porro, donde adulamos tanto a los vallenatos.

El artista sabanero Martín Madera, Premio Grammy, dice en entrevista publicada en El Meridiano Cultural de Córdoba y Sucre que el porro, desde el punto de vista armónico, es uno de los ritmos más ricos de Colombia por la sonoridad de los cobres, y que el problema del porro no es el porro, es, en otras palabras, nuestra gente.

Que mientras en Valledupar los músicos vallenatos son importantes, nosotros les decimos a los nuestros "Los chifla jopo". Si tu no quieres a tu hijo, dice Madera, qué esperas de los demás.

En igual sentido se pronuncia el Maestro Francisco Zumaqué, cordobés, uno de los 100 grandes personajes del Siglo XX en Colombia, cuando dice que le aprendió a Nadia Boulanger, la más grande profesora de música del Siglo XX que "tú no puedes traicionar tu corazón y siempre tienes que estar buscando dentro de ti la expresión más sincera de ti mismo. No es posible que tu conmuevas otros corazones si lo que haces no lo has sacado de tus entrañas. ¿Y qué es lo más hondo de tu ser? Son tus ancestros, tu música primigenia, autóctona, es eso que está en los giros melódicos, en los dejes, en los ritmos, en esos elementos que no pueden ser cambiados aunque los toques con un bombardino o con un sintetizador".

Pero no crean que el asunto se reduce a que hay un grupo de sabaneros que lucha por el rescate de su identidad cultural. Los vallenatos tienen serios problemas con la vallenatización de su educación. ¡Qué ironía!El periodista Nicola Stornelli, catedrático de la Universidad Popular del Cesar y ex concejal de Valledupar plantea lo siguiente en artículo publicado en EL TIEMPO del día 24 de abril de 2005: "Si bien es cierto que en aras de la modernidad no podemos permitir que influencias foráneas le cuelguen un quinto aire al vallenato, no es menos cierto que necesitamos que nuestros jóvenes sepan más quién es Rafael Carrillo Luquez que Silvestre Dangond". Y en otro aparte del mismo artículo es más contundente: "Nos creemos el ombligo del mundo porque García Márquez dijo lo que dijo de su gran novela y porque Vives le debe su éxito a las composiciones de Escalona. Es tan aberrante nuestra desinformación y nuestra baja educación que muy pocas personas en Valledupar saben por qué la biblioteca lleva el nombre de Rafael Carrillo Luquez, el más grande intelectual de nuestra región, creador de la Escuela de Filosofía de la Universidad Nacional, hoy facultad.

En el país vallenato hay que comenzar una discusión cuyo primer punto debe ser desvallenatizar nuestra educación, no nuestra cultura. No es olvidar nuestras raíces, no es olvidar nuestra música: es entender que el mundo es algo más que acordeón".
No lo decimos los sabaneros "enemigos del vallenato y de los vallenatos", lo dice un vallenato culto y pensante.
Personalmente, me sentiría muy honrado como sabanero que un vallenato se ganara uno de nuestros festivales con un porro o una cumbia o un fandango o con cualquiera de nuestros ritmos. Tengo noticias de que varios están trabajando al respecto, pero como siempre estamos a la zaga de ellos, algunos de nuestros compositores jóvenes siguen cultivando los paseos monotemáticos y bobos de siempre y criticando y agrediendo a los jurados que no premian lo que ellos consideran sus poesías.