
La problemática más seria para la identificación, y valoración de la música sabanera se presenta en relación con el acordeón. En la modalidad o formato de conjunto de acordeón, al país se le ha educado incorrecta e irresponsablemente, haciéndole creer que todo lo que suena en acordeón es música vallenata, lo que representa un atropello contra la tradición de música de acordeón de la Sabana. Hasta el punto de que esa información falsa ha construido a través de los años un desconocimiento grave sobre su existencia.
Tan grave que hasta en el propio territorio sabanero, se cometen los atropellos más descarados contra la propia identidad. Los alcaldes de pueblos como Chinú, Sahagún, Lorica, Montelíbano, Cotorra y muchos más, invierten, de nuestros impuestos, altas sumas de dinero, para realizar festivales a los que vienen los vallenatos a pasear, a tomar whisky, y a comérselo todo, asumiendo poses de grandeza humillante para con nuestros músicos. Y peor aún, a imponer la cultura vallenata entre nosotros, como si fuéramos un patio trasero de ellos.

Aprender a identificar la música sabanera en acordeón es urgente y necesario, el gobierno tiene la obligación de asumir políticas serias sobre este asunto, porque aquí no se trata de complacer a los amigotes políticos, se trata de promover la cultura que nos identifica, no solamente en música sino en otras áreas.
Si usted escucha un porro en acordeón, no está escuchando música vallenata, se trata de música sabanera. Y así tiene que ser por obligación, con todos los ritmos sabaneros, porque ni el acordeón, ni la caja, ni la guacharaca, mucho menos la “timba”, son instrumentos vallenatos, para que usted crea que todo lo que se toca con conjunto de acordeón se llama vallenato.
Reeduquémonos sobre esta materia para lograr que nuestra música sabanera en acordeón sea reconocida, respetada y presentada con su nombre.