En la Costa Caribe de Colombia, el concepto Música Sabanera es el más amplio, pero el menos conocido. Vean que hablo del concepto, no de la música propiamente dicha. Lo que quiero decir es que sus características y elementos son más numerosos, lo que le da una variedad y riqueza únicas. Cómo desconocer el gran aporte que la Sabana le ha hecho a la identidad costeña? Todos los grupos de la Costa, en cualquier formato han grabado y “pegado” la música sabanera, durante años, pero por falta de información sobre ese tema, la gente no sabe reconocerla.
La problemática más seria para la identificación, y valoración de la música sabanera se presenta en relación con el acordeón. En la modalidad o formato de conjunto de acordeón, al país se le ha educado incorrecta e irresponsablemente, haciéndole creer que todo lo que suena en acordeón es música vallenata, lo que representa un atropello contra la tradición de música de acordeón de la Sabana. Hasta el punto de que esa información falsa ha construido a través de los años un desconocimiento grave sobre su existencia.
Tan grave que hasta en el propio territorio sabanero, se cometen los atropellos más descarados contra la propia identidad. Los alcaldes de pueblos como Chinú, Sahagún, Lorica, Montelíbano, Cotorra y muchos más, invierten, de nuestros impuestos, altas sumas de dinero, para realizar festivales a los que vienen los vallenatos a pasear, a tomar whisky, y a comérselo todo, asumiendo poses de grandeza humillante para con nuestros músicos. Y peor aún, a imponer la cultura vallenata entre nosotros, como si fuéramos un patio trasero de ellos.
No les basta con permitir que se cojan nuestra música para seguir teniendo éxito. Los periodistas, locutores y en general comunicadores de las emisoras sabaneras, anuncian nuestros ritmos sabaneros vernáculos, como el porro y el fandango, con el rótulo vallenato. Jamás habíase visto estupidez y arrodillamiento de ese tamaño.
Aprender a identificar la música sabanera en acordeón es urgente y necesario, el gobierno tiene la obligación de asumir políticas serias sobre este asunto, porque aquí no se trata de complacer a los amigotes políticos, se trata de promover la cultura que nos identifica, no solamente en música sino en otras áreas.
Si usted escucha un porro en acordeón, no está escuchando música vallenata, se trata de música sabanera. Y así tiene que ser por obligación, con todos los ritmos sabaneros, porque ni el acordeón, ni la caja, ni la guacharaca, mucho menos la “timba”, son instrumentos vallenatos, para que usted crea que todo lo que se toca con conjunto de acordeón se llama vallenato.
Reeduquémonos sobre esta materia para lograr que nuestra música sabanera en acordeón sea reconocida, respetada y presentada con su nombre.